Corral de Comedias

En el siglo XVIII, el Corral de Comedias transformó, añadiendo un tejado a cuatro aguas, en Coliseo, y en el XIX se adaptó a los gustos del teatro romántico, con palcos, dándole una forma elíptica.
Finalmente, en el siglo XX se instaló una pantalla de proyección para convertirlo en cine, y como tal mantuvo su existencia hasta los años 70 de dicho siglo.
Un edificio único en Europa, que hoy sigue cumpliendo la función para la que fue creado: ser un teatro.
Un patio o corral de comedias es un teatro situado en el patio interior de una manzana de casas. Su origen se remonta a finales del siglo XVI y fueron fundamentales para el éxito que alcanzó el teatro español en el Siglo de Oro.
Durante este periodo histórico, todas las obras teatrales profanas eran llamadas “comedias“, aunque, en realidad, el término se refería a tres géneros: la tragedia, el drama, y la comedia propiamente dicha.
Con anterioridad al siglo XVI, no existían teatros estables en España. Las representaciones se celebraban en patios de casas o posadas que eran alquilados para este fin. Las compañías montaban un improvisado escenario al fondo del patio y se reservaban las galerías superiores para las clases más pudientes. El resto de espectadores veían el espectáculo de pie, situándose en el patio a cielo abierto.
A partir del siglo XVI, se comienzan a construir teatros estables que repiten la tipología de los anteriores. Se estructuran en torno a un patio cerrado, rectangular y descubierto, en el interior de una manzana de casas.
Espacios del Corral de Comedias de Alcalá de Henares
Escenario
Los camerinos de las mujeres solían estar detrás del escenario.
Foso
Patio descubierto
Tanto el escenario como las gradas laterales estaban protegidas por un tejadillo voladizo. Un toldo de tela permitía techar el corral para proteger del sol al público.
Aposentos
Cazuela
Aposentos de autoridades
Piso alto
Alojería
Músicos
El primer reglamento de orden público para estos teatros lo dictó el Consejo Real de Castilla para los corrales de Barcelona, luego se extendió al resto del reino.
La representación incluía la presencia de un alguacil, con funciones como el que”…no haya ruidos, ni alborotos, ni escándalos, y que los hombres y mujeres estén apartados, así en los asientos, como en las entradas y salidas, para que no hagan cosas deshonestas y para que no consientan entrar en los baños a persona alguna fuera de los actores.”
Además del alguacil, existían figuras como el apretador, encargado de empujar o apretar hasta sus asientos a los que habían padado. Otro figura, también encargada de mantener todo en relativa calma, era el llamado mantenedor del orden.